Mucho Humo Y Poca Carne

Cómo hacer un asado y que no les entre el humo por la ventana y las mejores técnicas para conseguir un aplauso para el asador.

Por:"El PEP" Pipi El Parrillero


Hay dos formas de satisfacer a los comensales en un asado. La primera es poniendo los mejores cortes en la parrilla. De esta forma, todos los demás rituales, como encender el fuego, son puro humo. Con un buen producto, hasta un vegano puede hacer una buena parrillada (aunque, como toda regla, siempre hay una excepción, y ese mi amigo es el parcero Agathon).

¿Y si no tengo la mejor carne, cómo lograr el aplauso para el asador? Simple: vendiendo humo, mucho humo. Con esta técnica, y dado el poco conocimiento que tiene la gente en general sobre los menesteres de hacer una parrillada, nadie se dará cuenta de que acaba de comerse una piedra. Al día siguiente, irán al dentista sintiendo la sensación de haber comido un manjar.

Este preámbulo gastronómico me sirve no solo para demostrarles mis conocimientos sobre el enrejado de hierro caliente, sino también para trazar un paralelismo con la pasada ventana de verano de transferencias de Charlotte Fútbol Cook. Esto me lleva a la conclusión de que nos vendieron humo.

Lord Sir Té Smith hizo una lista de lo que necesitaba para poner toda y la mejor carne al asador, lista que entregó al ex representante, junto con las mejores direcciones donde conseguir los cortes vacunos de calidad. El comprador, con lista en mano, se fue a Europa, y mientras le prometía a Smith cortes de calidad premium—costillitas de Almirón, lomo de Lo Celso—pasó por sus viejos carniceros amigos, compró el mejor carbón, y nos hizo un buen asado de humo. Tuvimos que cerrar la ventana de verano para que no se nos impregnara, como ha pasado en todos los últimos veranos.

Por ahora me despido, comensales. No se olviden: el cuchillo siempre al PEP, toda la carne al asador, y nunca con vegetales.

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